Existe una idea muy
persistente en la cultura popular japonesa, en particular aquella que pertenece
las historias de ciencia ficción, y es la idea del cuerpo mecánico como coraza
del cuerpo humano.
Uno de los pioneros en este
rubro fue el escritor y dibujante Osamu Tezuka, quien con Tesuwan Atomo, conocido en este lado del océano como Astro Boy, comenzaba a plantear la
posibilidad de un ser mecánico que pudiera tener emociones humanas.
Astro Boy funcionaba como un individuo, un niño con capacidades mecánicas que lo
convertían en una poderosa arma de combate. Esta combinación fue un éxito y la
reflexión que se provocaba entre lo humano y la máquina no quedó ahí.
Tetsuwan Atomu (1952) |
Tetsujin 28-go (1956) |
En 1956, el también escritor
y dibujante, Mitsuteru Yokoyama publicó Tetsujin 28-go, conocido en México como El Hombre de Acero, historia que nos
presentaba por primera vez la idea de un robot gigante que era controlado por
un niño de diez años llamado Shotaro Kaneda². Esto comienzan a formar una
relación entre los japoneses con sus máquinas-corazas, esos cuerpos mecánicos
indestructibles, con aquellos capaces de volver la utopía en algo real: los
niños.
Tetsujin 28-go inspiró a otro autor conocido en el medio como Go Nagai para que publicara en 1972 las aventuras de Mazinger Z. Aquí se repite
la historia: Un joven hereda un gran robot de su abuelo, el cual solo puede ser
piloteado por él. Sucede algo que llama la atención con esta serie, pues ahora
el joven, llamado Kouji Kabuto, necesita controlar a Mazinger Z introduciéndose con
una nave en la cabeza del Mecha, nombre con que se le conoce a este tipo de robots en Japón.
Mazinger Z (1972) |
Cuando Michel Foucault menciona
sobre el cuerpo y cómo éste se vuelve el espacio utópico por excelencia, no
puedo dejar de pensar en Mazinger Z o en la idea que aparece con esta serie. La
marcada obsesión del cuerpo potenciado e indestructible, el cual combate criaturas que son igual
de colosales. No creo que sea exagerado pensar que esto es el resultado que tuvo la Segunda
Guerra Mundial en los japoneses y, en particular, el lanzamiento de las bombas
nucleares en Hiroshima y Nagasaki.
Me aventuro a decir que el
Mecha significa para los japoneses la coraza necesaria para proteger un cuerpo
frágil y destinado a la muerte. Mientras otras culturas han buscado embellecer
el cuerpo con adornos y modificarlo para ser más atractivo, los japoneses lo
quieren mejorar, hacer más fuerte, más ágil y con la capacidad de resistir los
embates de criaturas titánicas que amenazan a los más desprotegidos.
El Mecha, como cuerpo, es la
utopía japonesa. Una utopía que poco a poco se ha ido permeando en sus avances
tecnológicos, gracias a aquellos niños que crecieron leyendo a Tetsuwan Atomu,
Tetsujin 28-go y Mazinger Z, siendo ellos los que ahora pueden, en la realidad, construir esos
nuevos cuerpos.
¿Algún día se realizará la
utopía del Mecha? Si no es así, estoy casi seguro que los japoneses encontrarán
algo que se le asemeje de cierta forma.
¹ Anglicismo que se pronuncia "Meka".
² Referencia que utiliza Katsuhiro Otomo para nombrar al co-protagonista de AKIRA (1982)
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